Cancún, Q. Roo (www.tigresqroo.com) 12 de junio.- Adán Muñoz, manager de los felinos para la temporada 2020 de la LMB, nos platica cómo está viviendo este paro beisbolero por cuestiones de la pandemia Covid-19 además de que les dice a los muchachos para afrontar la situación
“Mi familia y yo pasamos la cuarentena cuidándonos desde casa. Estoy disfrutando ya que tenía mucho tiempo que no estaba tanto tiempo con ellos. Pero le estamos viendo el lado bueno, sacándole provecho para que esto sea más fácil para todos y salir adelante. Esperemos que pronto se acabe esto y podamos volver a la vida normal”, comentó el de Empalme, Sonora.
Cuando se le preguntó cómo afectará este paro a los muchachos que llevaban más de 15 días de pretemporada, el “Jefe de Empalme” contestó. “Este paro afecta a todos, a la Liga, a la directiva y a los jugadores más que nada. El jugador tiene que buscar la manera de adaptarse a las condiciones donde están para poder hacer el entrenamiento, que por mejor que entrenen no va a ser igual a entrenar con el equipo, con el preparador físico. Yo he visto que todos los muchachos están en actividad y no van a batallar mucho en estar listos”
“Siempre le digo a los muchachos que se diviertan, que disfruten el momento donde están, su trabajo. La mentalidad es que jueguen fuerte, que un juego malo no lo lleven a casa, que lo dejen en el estadio y ya pasó. Siempre quiero inyectarles una mentalidad positiva, que nunca piensen negativo” agregó.
Adán Muñoz cumplió una primera etapa importante con los felinos, en la que incluso salió campeón durante la temporada del 2005 luego de un cambio proveniente de Monclova.
Como anécdota, “El Chivo” nos platicó que en un juego frente a Tabasco, olvidó su jersey de juego en el hotel. “Justo cuando salí a calentar, me di cuenta que no traía mi casaca de juego. En el momento, Andrés Mora quién era el manager en ese entonces, no se percató y mandé a un batboy en taxi por ella. El juego ya estaba a punto de comenzar y le tuve que decir a Andrés que no traía la casaca de juego. En ese momento no se molestó ni me hizo mala cara, solo platicó conmigo y me dijo que en toda su carrera, nunca le había pasado algo como eso. Me sentí muy mal y apenado” nos comentó.
“Me castigó tres juegos sin jugar, sin embargo ya después, cada que me subía al autobús me preguntaba si traía mi casaca, en tono de burla haciendo las cosas más amenas y mejor” concluyó.